TRATAMIENTO DE LA XEROSTOMÍA
El tratamiento de la xerostomía sigue creando controversia, ya que existen diferentes motivos que pueden causarla, y observar si la sequedad bucal es, en este caso, reversible o irreversible.
La primera medida que intentará tomar el especialista será, pues, encontrar el factor que la provoca, y si es posible, eliminarla. Si se trata de un medicamento, por ejemplo, se buscará una alternativa que no afecte a la producción salival. También en estos casos, lo normal es que quede alguna función salival residual, se pueden usar sialogogos (estimulantes de la salivación) para aumentar el flujo salival y paliar los síntomas. Este tipo de terapia presenta algunos inconvenientes. En el caso de los sialogogos sistémicos (fármacos), puede aparecer algún efecto secundario, tal como confusión, agitación, sudoración, diarrea y poliuria. Por su parte, los sialogogos tópicos no presentan contraindicaciones, aunque son menos efectivos.
Al mismo tiempo, el odontólogo hará una evaluación dental para ver si la xerostomía ha provocado algún otro problema bucal, tal como caries o enfermedad periodontal para poder empezar así su tratamiento, mientras que al mismo tiempo se intentará una higiene bucal adecuada. Si es necesario, se estimulará la producción de saliva en reposo con ejercicios como, por ejemplo, masticar más a menudo (en este caso es aconsejable, en lugar de comida, utilizar chicles sin azúcar edulcorados con xylitol).
En algunos casos también se tiende a usar sustitutos artificiales de la saliva, que aunque producen alivio sintomático durante un tiempo, no tienen las mismas propiedades que la saliva.
En los últimos tiempos han surgido también tratamientos alternativos al clásico, como el uso de bloqueantes de canales del sodio o electroestimulación neuronal.
En cualquier caso, nuestra recomendación es que se consulte con el médico antes de comenzar a tomar ninguna medida. El especialista es el único indicado para saber qué es lo que más le conviene al paciente de xerostomía, y será el encargado de llevar un seguimiento de los síntomas y, así, poder evaluar el resultado de la terapia.